Rosario conocía de circos hípicos. En la última década del siglo XIX funcionó el de Sorrento, de auspicioso comienzo pero efímera duración debido principalmente a su lejanía y lo dificultoso de trasladarse hasta el mismo.
El 24 de julio de 1900 el Intendente de la ciudad, Luis Lamas presentó ante el Honorable Concejo Municipal el proyecto "para la formación de un parque, e instalaciones destinadas a exposiciones periódicas de la Sociedad Rural, juegos atléticos y pistas hípicas populares. La ciudad de Rosario carece de ornato, paseos y diversiones. Su aspecto exterior no es de una impresión simpática para el viajero que la visita por su hermosísimo río y el que permanece en ella varios días y aún el que viene a habitarla recibe la decepción de que está absorbida su vida tan solo por el comercio y la producción ... y he aquí por que se hace necesaria la adquisición de una zona de terreno donde se levante un parque y se hagan plantaciones que purifiquen la atmósfera, donde se efectúen las exposiciones periódicas de la producción ganadera, agrícola y fabril de la Provincia, se fomenten los ejercicios atléticos e hípicos que han sido aceptados como una manifestación de progreso y que causan la diversión de las sociedades modernas".
El espíritu emprendedor de una generación que obtuvo significativas conquistas en todos los órdenes de nuestro vertiginoso crecimiento se plasma el 18 de setiembre de 1900 con la fundación del Jockey Club de Rosario.
Aprobada, en 1901, la expropiación de las tierras de lo que hoy es el Parque de la Independencia la Municipalidad de Rosario dicta la Ordenanza cediendo en arriendo una fracción al Jockey Club para instalar el hipódromo por el término de veinte años. Rezan las Memorias de la época "bajo la dirección del inteligente Ing. H. Thedy, autor de los planos respectivos, contratamos al Sr. Jose Badini la construcción de nuestro Hipódromo ...". Su inauguración data del 8 de diciembre de 1901.
En 1902 se recibe la primera visita presidencial. El Gral. Julio A. Roca coloca la piedra fundamental del puerto de Rosario y asiste luego a una fiesta hípica realizada en su honor. A ésta le siguen otras que también merecieron la celebración de jornadas de carácter extraordinario ante la presencia de Roque Sáenz Peña, José Figueroa Alcorta, Marcelo T. de Alvear y José F. Uriburu.
Cumplido el primer objetivo, quienes lo condujeron priorizaron la continuidad de la actividad alcanzando nuestros programas un alto nivel, como prueba de ello cabe recordar que en 1906 un caballo que actuara en nuestras pistas, Iguazú, hizo triunfar los colores de una caballeriza local en Maroñas.
En 1919 se inicia la construcción de las Tribunas Populares, conforme los planos elaborados por Devoto y Gerbino, ingenieros y arquitectos.
La Tribuna de Socios comienza a levantarse en 1928 de acuerdo al proyecto confeccionado por los arquitectos Durand, Van Wyck y Ocampo.
La Memoria del Club correspondiente a 1929 testimonia "Una nueva tribuna para el público de las populares con capacidad para 2.000 personas se espera habilitar el próximo 25 de mayo ...". Además se habían comenzado los trabajos de construcción de nuevas boleterías, obras todas debidas a los arquitectos Tito y José Micheletti.
Un paso importante para afianzar las carreras de caballos se da en 1933 con la creación de las pruebas extraoficiales.
Una nueva prórroga por veinte años se obtiene para el Hipódromo Independencia en 1941, fundada en la caída que su cierre podría significar para el barrio que a su alrededor se había formado a través de cuarenta años.
Como consecuencia se demuele la Tribuna de Paddock, antes de Socios, para construir en su lugar la que en su momento fue la mayor de América del Sur. Sus proyectistas fueron Daumas, Maisonnave, Giménez Rafuls, J. y M. Solari Viglieno, ingenieros y arquitectos. Esta nueva concesión determina también la conveniencia de mantener el Hipódromo en el Parque Independencia no sólo por su significación barrial sino también por la mejor ubicación para sus concurrentes.
La última tribuna construida es la de Profesionales, comenzada en 1972 con proyecto del Estudio H (de la Torre, Moliné, Santanera, Vidal, Torio, arqs.).
Permanentemente la actividad turfística se vio enriquecida con todo tipo de adelantos. Como dato ilustrativo cabe mencionar que el Independencia fue el primer hipódromo del país en contar con iluminación artificial en sus pistas. Ello aconteció el 27 de diciembre de 1958 en la distancia de 550 metros. Además está dotado de alta tecnología para la atención de la venta de apuestas totalmente
mecanizada, con un sistema totalizador de las mismas pudiendo seguirse a través de monitores de televisión la evolución de los dividendos, filmación de las pruebas locales, registro instantáneo del marcador antes que los animales ingresen al pesaje a través de un Photosprint que garantiza el orden de llegada, el tiempo empleado por el ganador y el de los demás participantes. Además de lo expresado es de destacar la iluminación íntegra de la pista principal -cuya primer etapa se inauguró el 5 de enero de 1986-, todo lo cual lo que hace al Hipódromo Independencia el más importante del interior del país.
Un hecho a destacar acontecido en nuestro circo hípico fue la reunión llevada a cabo el 15 de diciembre de 1957, en la que el jockey Angel Oscar Barattucci obtuvo las ocho carreras que integraban el Programa Oficial, lo que constituyó un récord mundial, aún no superado.
Los últimos años encontró al turf en una de sus peores crisis que sólo pudo sostenerse con esfuerzo y compromiso, y de esa manera, con mucho sacrificio, cumplir el mandato primigenio manteniendo la tradición.
Siempre ha estado claro en el espíritu de la institución que el hipódromo pertenece a la ciudad y es en función de esos anhelos e intereses que se desarrolló la actividad hípica.
Las últimas décadas venían marcando una tendencia negativa en el turf nacional generándose especialmente en el interior del país, cierres de establecimientos de cría, de entrenamientos y de hipódromos que difícilmente puedan recuperarse. En otros casos contando con el apoyo y el aporte del Estado muchos circos hípicos lograron mantener la actividad. El Hipódromo Independencia no obstante las advertencias efectuadas en todos los niveles no recibió atención por parte de los distintos estamentos provinciales y municipales, lo que desencadenó que la Institución por sí sola no pudiera sobrellevar por más tiempo la presión de solventar el déficit proveniente de su actividad hípica.
El 28 de abril de 2003 la Comisión Directiva aprobó la resolución adoptada por la Comisión de Carreras el 4 de ese mismo mes con relación a la no continuación de la actividad turfística; con entrega a la Municipalidad de Rosario del predio del Parque Independencia al vencimiento del contrato de concesión el 23 de noviembre de 2006.
A mediados del 2003 se comunicó dicha resolución al señor Intendente Municipal de Rosario tomando la misma estado público.
El 10 de abril de 2006, los socios reunidos en Asamblea General Extraordinaria ratificaron la resolución adoptada por la Comisión de Carreras, aprobada por la Comisión Directiva en sesión del 28 de abril de 2003, acta Nº 1.849, con relación a la no continuación de la actividad turfística.
Ante ello, el 23 de noviembre de 2006 se procedió en dependencias del hipódromo a formalizar la cesión de sus instalaciones a los funcionarios municipales designados por el Departamento Ejecutivo para tal fin.
Asimismo tal el compromiso asumido por la Comisión Directiva con el ánimo de brindar colaboración para que el turf continuara desarrollándose en nuestra ciudad se procedió a facilitar al Estado Municipal apoyo y una serie de elementos imprescindibles para su normal desenvolvimiento.